La boda de Natalia y Héctor ha sido una de las experiencias más bonitas que como fotógrafos documentales hemos tenido.
Disfrutamos está boda desde que iniciamos el viaje desde Galicia hasta Extremadura, apreciamos el cambio del clima y de la vegetación, la comida, en fin, Extremadura nos recibió con los brazos abiertos.
En ella vivimos emotivas tradiciones tanto Gallegas como Extremeñas.
Los preparativos de los novios y la ceremonia se llevaron a cabo en Cerezo, un pequeño pueblo de la provincia de Cáceres, en Extremadura. De calles estrechas y empinadas, y de gente muy amable y alegre.
El momento de la ceremonia religiosa, fue anunciado con la llegada de los Gaiteros, quienes con el repertorio idóneo, acompañaron al novio, al padrino y a los invitados del novio hasta la casa de la novia. Allí, la novia ya se encontraba dispuesta con la madrina y sus invitados. Todo este emotivo momento siempre tuvo de fondo la hermosa melodía de la gaita, aportándole esa emoción que hacia que esos instantes fuesen inolvidables para los novios y para quienes estábamos allí acompañándolos. Luego, ambos grupos nos dirigimos en comitiva hacia la iglesia, donde tuvo lugar la ceremonia religiosa.
Terminada la ceremonia, nos trasladamos a El Torreón de Veredillas, un hermoso sitio donde disfrutaron de los aperitivos y del banquete. Y como buena boda Gallega no podía faltar la Queimada, que para los que no la conocen, es una tradición propia de su gastronomía. Se le atribuyen facultades curativas y se afirma que, tomada tras la pronunciación del conjuro, funciona como protección contra maleficios, además de mantener a los espíritus y demás seres malvados alejados del que la ha bebido.
Así culminamos nuestro hermoso y emotivo reportaje, donde los componentes principales fueron, una pareja llena de amor, una hermosa familia, alegres amigos y un sitio ideal.
Que más podemos pedir como fotógrafos de bodas.