Podríamos comenzar este post diciendo: había una vez … porque cuando miramos la fotografía con la que empezamos esta historia, sentimos que estamos en esos finales de cuantos de príncipes y princesas. Decimos: “Y fueron felices por siempre”.
Para nosotros como fotógrafos de boda, todos estos detalles nos ilusionan mucho, sabemos que aportan aún más emoción de la que se prevé. Y así sucedió con Lara y Manu desde el principio.
Ellos son una pareja que confirma nuestra teoría, la energía de una boda es la misma que la de los novios. Y como la buena vibra de estos chicos se percibe a kilómetros de distancia, no hace falta que les comentemos como estuvo la celebración.
Así que esa mañana llegamos temprano a Baiona, un municipio que pertenece a la provincia de Pontevedra. Y que tiene una gran importancia histórica, ya que allí arribó Martín Alonso Pinzón tras su viaje a América convirtiendo a esta villa en la primera de Europa que supo la noticia del descubrimiento del Nuevo Mundo.
Desde los preparativos tanto Lara como Manu estuvieron acompañados por familiares y amigos, quienes hicieron que todo fuese aún más emocionante.
Ya cerca del medio día nos fuimos al Templo Votivo del Mar lugar escogido para darse el sí quiero. Allí vivimos uno de los momentos más emocionantes de esta celebración, la entrada y la salida al templo. Estar allí en primera fila y ser testigos de la complicidad de sus compañeros fue realmente un privilegio.
Fue una boda llena de detalles y expresiones de cariño, y como verán en las fotografías disfrutaron un montón. Y es que al final de todo, eso es lo nos que queda en el corazón y en la memoria, lo vivido, lo disfrutado, lo sentido. Esos detalles que seremos capaces de recordar a través del tiempo.
Cuando las bodas están llenas de emoción como esta, no paramos de disparar, no queremos perdernos ni un solo detalle. Queremos documentarlo todo y que no se nos escape nada.
La responsabilidad es enorme. Las cosas materiales siguen allí, pero las demostraciones de afecto, las emociones en determinados momentos pasan en segundos. Y nuestro compromiso es hacerles revivir su historia tal y como ocurrió.
La satisfacción más grande, el mejor premio para nosotros es saber que al mostrarles las fotografías logramos emocionarlos. Eso no tiene precio.
Gracias Lara y Manu por habernos escogido y confiado en nosotros, por habernos permitido una vez más vivir y sentir la fotografía. Fue un verdadero placer compartir con ustedes, con sus familiares y amigos.
Les deseamos lo mejor de mundo.
Fotografías: Carlos y Sofía
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