Tal y como les habíamos comentado hace algunos post atrás, Esta guapa pareja quería hacer dos reportajes de postboda, uno en Madrid ciudad natal de Jacqueline y el otro en Vigo de donde es Alberto. Así que finalizamos esta hermosa historia de amor en nuestra querida Galicia.
Empezamos la sesión fotográfica en el Monte de A Guía, mejor conocido como el monte que vigila el mar de Vigo. Antiguamente, era el lugar elegido por las esposas de los marineros vigueses para encender hogueras que les sirvieran de faro para volver a casa.
Estando allí, aprovechamos y subimos a la Ermita “Nuestra Señora de la Guía”, caminamos por los alrededores y encontramos imponentes pinos y robles que enmarcaban las hermosas vistas que se observan desde allí.
Ese día pudimos disfrutar de un sol increíble que se despidió de nosotros regalándonos ese hermoso atardecer con el que empezamos el post.
Definitivamente Galicia es mágica. Sus verdes y bellos paisajes, sus pueblos y rincones históricos, sus monumentos de piedra. Sus playas, en las que solo con ver como se mete el sol “dentro” del agua, merecen la pena visitar. Un verdadero paraíso para fotógrafos.
Para terminar nos fuimos al Cabo Estai, uno de los puntos más occidentales de Vigo. Su privilegiada ubicación hacia la salida de la ría y su orientación al oeste hacen de este punto un lugar inmejorable para ver el océano y las Islas Cíes. Las que a pesar de no verse claramente por la niebla que había esa tarde, pudimos captarlas en algunas fotografías para Alberto.
Y es que cuando conversamos con las parejas sobre los posibles lugares para hacer los reportajes fotográficos, acostumbramos a preguntarles si tienen algún sitio que sea especial para ellos o que tenga algún significado. Y es que con el tiempo hemos descubierto que son detalles que le dan aún más valor a las fotografías. Aunque si no tienen algún lugar especial, no pasa nada como decimos aquí. Hacemos especial e inolvidable el que escojan en ese momento.
De verdad que da gusto finalizar así una historia con tantos detalles.
Jacqueline y Alberto se esmeraron en que todo quedase perfecto, en que todos disfrutaran y lo más importante, en permitirnos escribir con nuestras fotografías su historia.
Gracias chicos por haber confiado en nosotros.
Gracias por vivir y sentir la fotografía.
Les deseamos lo mejor.
Fotografías: Carlos y Sofía